Vulnus escribió: «El Estadio da luz sirvió como campo de batalla entre dos equipos de Madrid y de España, que entregaron un emocionantísimo espectáculo a los futboleros de todo el orbe. Se enfrentaron dos estilos, dos filosofías y dos aficiones casi contrapuestas, cada una fue fiel a su esencia. En primer lugar hay que situar a los vencidos, más allá de una épica derrota, el Atlético dio hasta el último aliento, fue patético y a la vez conmovedor, encontrar a una plantilla mediocre, diezmada por las lesiones fruto de la sobrecarga de unos jugadores a los que Simeone ha sabido exprimir hasta la última gota de sudor, luchando con sus limitadas armas basadas en el orden táctico, la entrega en la defensa a ultranza de su portería y la fe inquebrantable en la victoria. Nunca he visto a ninguna escuadra conseguir goles sin oportunidades salvo al atlético No hay equipo que dé más con menos, Godín aprovechó la “cantata y fuga” de un Casillas que estuvo a punto de perder su condición de reliquia viviente en los altares blancos. El Cholo crecido en su condición su invencible en las finales (nunca perdió ninguna eliminatoria a partido único) se permitió hasta la frivolité de sacar a Costa .Al parecer la cataplasma de placenta de yegua ronda la eficacia del cuerno de rinoceronte para tratar la disfunción eréctil o de la curandera de Bargas para tratar el Herpes Zoster ósea ninguna. Salió el Brasileño de alma calé con la cicatriz tierna al campo y a la misma velocidad lo abandonó, robando un cambio que podría haber cambiado el sino del partido. La primera parte transcurrió entre el catenaccio blando de los indios y un Madrid temeroso y desubicado donde Benzema gélido y dolorido y Cristiano extrañamente lento y fallón solo creó peligro con un Di María que siempre encara , el Rosarino demostró ayer que Ancelotti aparte de tener flor , sabe algo de esto…ya nadie recuerda al llorado Özil. En el segundo tiempo Carletto quemó las naves y corrigió la italianada de Kedira sacando a Marcelo y a Isco, tocó a retreta y los colchoneros recordaron al Tercio de Alburquerque en la batalla de Rocroi. Formaron en cuadro ante la caballería blanca, el purasangre galés fundía la formación rojiblanca como un cuchillo al rojo en la mantequilla, de no haber sido por la falta de puntería nuestras coronarias no habrían sufrido tantos minutos tan cortos de segundos. El tiempo pasaba angustioso (sobre todo para los merengues) y el Atleti totalmente fundido parecía rozar la gloria, en una defensa numantina hubo un momento en que soñaron con hacer añicos esa maldición atávica que siempre les ha condenado a ser el “Pupas”, por unos instantes le robaban la novia al guaperas, ganaban la partida de mus, David volvía a vencer a Goliat… Dieron todo lo que tenían no se les podía pedir más…pero no fue suficiente y el destino cruel como cuarenta años atrás les volvió a si sitio, en el que le coloca esa canción del Frente que reza “Somos socios del Atleti, sufridos seguidores”. Siempre he creído en una serie de valores eternos, que pasan de generación en generación y que conforman el alma de colectividades: Naciones, pueblos, razas e incluso equipos de futbol. El Madrid siempre ha tenido portadores de esa esencia como Gento, Pirri, Camacho, Hierro, Raul, Casillas y ahora Ramos. Ellos son el nexo que permite transmitir un estilo que se basa en una premisa y que solo entendemos los que somos Madridistas y es esta: sea cual sea la situación, estando en la peor de las circunstancias, cuando nadie crea en ti…Entonces recuerda quienes han vestido esta camiseta, compite, lucha hasta el final y vence. Este es el único secreto de la entidad deportiva más grande del mundo, de la marca hispánica más universal. El que nos hace sentirnos orgullosos en la victoria y en la derrota. He de reconocer que el destino fue cruel con ellos, pese a la euforia sentí un cierto pesar por la derrota de mis paisanos…pero esa pena rápidamente se transformó en el alivio de no tener que aguantar la que nos habría caído. Si, si, si…la décima está aquí.»