Bien… no siempre tenemos a nuestras mascotas porque nosotros lo deseemos. Aunque debería erradicarse esa costumbre, lo cierto es que a la gente le encanta regalar animales y mas en estas fechas. Es cierto que son muy bonitos, pero no debemos dejarnos llevar por un primer impulso, pues no es un juguete, sino una responsabilidad, ya que es un ser vivo.
Un animal que se suele regalar bastante, y que por desgracia terminan muchos en la calle precisamente porque los nuevos dueños se cansan de ellos, son los conejos. Las protectoras (en Navidad sobretodo) se sobrecargan.
Si llegara el caso en que nos regalaran un conejo, debemos informarnos bien sobre las alternativas. Podemos decidir no quedárnoslo, teniéndolo que dar en adopción bien vía Internet o dándoselo a algún amigo que sepamos que lo va a cuidar bien. O por otro lado aceptarlo. En ese caso tendremos que informarnos sobre los cuidados que requieren, pues no son animales sencillos de tratar, sobretodo al principio. Por ello si decidimos tener un animal un poco más grande que un hámster para nuestros hijos, lo mejor sería elegir una cobaya, pues son mucho más dóciles y emiten graciosos sonidos.
Y no sólo son difíciles de tratar. El conejo nos destrozará los cables que tenga a mano (¡mucho cuidado con eso!), nos roerá zapatos y ropa si se la ponemos a mano, y si no está castrado de vez en cuando marcará con su orín los muebles y todo aquello que vea que “no es suyo”. Las cosas buenas que tiene es la compañía que hacen, y cuando confían en tí te dan besos sin parar y te siguen a todas partes. Además, pueden hacer sus necesidades en una bandeja si así lo enseñas, ya que es un animal muy limpio.
Si hemos decidido quedarnos al conejo, tenemos que asumir que lo llevaremos al veterinario, a hacerle una revisión al año y dos vacunas (o tres, según el caso). Es importante llevarlo a un veterinario de exóticos, o al menos tenerlo localizado para cuando el animal enferme, ya que los veterinarios normales (de perros y gatos) sí que no van a tener problema en vacunar a nuestros pequeños pero no van a ser capaces de curar a nuestro conejo si está enfermo, aunque al ser cada vez mas comunes, es posible en en nuestra clínica veterinaria ya haya al menos un veterinario que trate a estos pequeños amigos.
Las vacunas que se les debe poner son las siguientes:
Pasteurelosis: Es bacteriana, y su primer síntoma son estornudos, continuados por ruidos (como ronquidos) al respirar, y supuraciones mucosas por la nariz.
Generalmente se produce a causa del estrés, polvo (de la esquinera, su comida…) o cambios de temperatura bruscos. Si se coge la infección a tiempo es tratable y se cura fácilmente.
Esta vacuna no es efectiva al 100%, por lo que la mayoría de veterinarios no la ponen. La vacuna se aplica en otoño y cubre todo el año.
Hemorragia vírica: Esta enfermedad suele darse entre conejos que viven juntos o con otros animales. Se produce por contacto por las heces tanto de manera directa como indirecta, por objetos, ciertas aves, insectos…
La vacuna se aplica en primavera y también cubre todo el año.
Mixomatosis: Es una enfermedad vírica bastante grave. Se transmite por contacto directo, o por picaduras de mosquito y otros parásitos. Es casi imposible que la coja un conejo que viva en un piso, pero en verano sí que hay más riesgo. Además, si vive en las afueras de la ciudad, o en una zona rural, aunque sólo sea durante una corta estancia de tiempo, el riesgo aumenta mucho.
Esta vacuna se aplica en primavera y cubre 6 meses.
Es importante destacar las posibles reacciones que tenga el conejo frente a las vacunas. La gran mayoría de veces el conejo experimentará apatía, o incluso enfado. Simplemente cuidémoslo como siempre y se le terminará pasando. También puede salirle un pequeño bulto en la zona donde le han puesto la vacuna, pero también se irá solo. Si duraran estos síntomas más de 3 o 4 días deberíamos ir al veterinario por si fuera algo mal.
En otra ocasión hablaremos de su alimentación, pues no es complicado encontrar comida para él, pero tiene ciertos puntos que deben tenerse en cuenta.