Sectas de Vampiro | |
Voy a tratar de explicaros en que consiste el
mundo de Vampiro, así como los distintos grupos de Poder (Sectas), para que sepáis un poco donde nos estamos moviendo. Cualquier duda, preguntadnos en los Foros. |
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Sectas | |
Serian el escalafón mas alto en el organigrama del Mundo Vampírico. Hay algunas, que toda la Estirpe conoce, pero hay otras, que son mas secretas, y que pueden operar incluso dentro de las Conocidas, y generalmente son las que mueven los hilos. Espero que no os liéis, ya que al principio es un poco
complejo. |
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La Camarilla | |
Hoy en día, el mundo no cree ni conoce la existencia de los Vampiros, pero esto no siempre fue así. Antes los Vampiros dominaban en el mundo, en grandes imperios, en todas la Naciones, tanto de día (a través de su servidumbre), como de noche, y nadie podía compararseles. Pero esto cambio a finales de la Edad Media.
Un Grupo de Vampiros Jóvenes se rebelaron contra sus Ancianos, y comenzaron la que se dio en llamar como Revuelta Anarquista. Esta no fue otra cosa que el enfrentamiento entre estos dos grupos. Como resultado de este enfrentamiento se produjeron un gran numero de excesos que llamaron la atención de la Iglesia (muy poderosa en la época), que se decidió a tomar cartas en el asunto, y empezó a organizar lo que hoy en día conocemos como la Inquisición. Estamos en el Siglo XV. Con la creación de la «Santa» Inquisición, comenzó una campaña de exterminio de los Vampiros, que dio lugar a un abandono de la Progenie por parte de los de mayor generación. O bien los dejaban expuestos para cubrir su huida, o los delataban, para desviar las pesquisas de la Inquisición. El caso es que de una manera o de otra, dejaban mas Jóvenes rabioso con sus Mayores, lo que provocaba que se unieran al Bando Anarquista. Esta Guerra duro 2 o 3 Siglos, tras los cuales se llego a un acuerdo para crear una organización a nivel mundial de Vampiros que se encargaría de borrar de la mente y de la historia de los humanos a la sociedad Vampírica, para que situaciones como la originada por la Inquisición, no volviesen a ocurrir. Así, siete de los trece clanes vampíricos formaron la Camarilla cuya finalidad era mantener en pie la Mascarada, que es como se llamo a su política, y la razón por la que, en la actualidad, nadie cree en los Vampiros. Estamos en 1435. Bajo su férrea guía, la Mascarada pasó de ser una cautelosa sugerencia al principio rector de la no-vida de la Estirpe. Ocultarse de los humanos resultó ser la mejor forma de evitar la destrucción y así fue como los vampiros hicieron un gran esfuerzo por borrar todo vestigio de su existencia del mundo. Los relatos sobre vampiros iban llegando a las nuevas generaciones como meros cuentos, para su satisfacción. Incluso hoy, la Camarilla atiende al cumplimiento de esta tradición, manteniendo la armonía entre Vástagos y ganado y combatiendo al Sabbat, considerado su oponente directo. La secta se ve como la sociedad de los Vástagos, y en parte está en lo cierto. Es la mayor agrupación de no-muertos del planeta. Casi cualquier vampiro, independientemente de su linaje, puede pertenecer a la Camarilla. De hecho, esta afirma que todos los vampiros están bajo su protección, lo deseen o no; sean o no de los siete clanes fundadores. Para mantener la Mascarada, la Camarilla ofrece una visión particular de las Tradiciones y todos han de respetarlas. De no hacerlo, la humanidad se daría cuenta de su existencia y la caza (y la aniquilación) volvería a comenzar. De los siete clanes fundadores: Brujah, Gangrel, Malkavian, Nosferatu, Toreador, Tremere y Ventrue, hoy sólo permanecen unidos seis, ya que los gangrel han decidido recientemente declararse independientes, y sólo estos clanes asisten con regularidad a las reuniones del Círculo Interior. Los miembros de otros clanes pueden formar parte de la Camarilla, aunque por lo general no son escuchados, pero el Clan como tal no puede. |
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Históricamente, ha habido muchos intentos por parte de los líderes de la Camarilla de imponer más autoridad sobre otros aspectos de la existencia vampírica. Una y otra vez, los intentos han fracasado en un baño de sangre. Los Príncipes no soportan la intromisión en lo que consideran sus derechos y privilegios históricos, ni en los asuntos de sus ciudades, ni tampoco los Ancianos Matusalenes desean un competidor que pueda dar al traste con sus objetivos, se ríen de la temeridad de los jovenzuelos que creen poder jugar en la Yihad.. Por lo tanto, la Camarilla sigue siendo una secta dividida de una influencia moderada. A fin de cuentas, la influencia de la Camarilla empieza y termina en la protección de la Mascarada y el aseguramiento de la coexistencia entre Vástagos y ganado. Los antiguos que la controlan la usan como otro medio de oprimir y manipular a los anarquistas. La Camarilla no reconoce abiertamente la existencia de los Antediluvianos. Las afirmaciones sobre estos se ridiculizaran públicamente. Por lo que respecta a la Camarilla, no son sino mitos.
Tras la Revuelta Anarquista, la Camarilla se puso directamente en contra del Sabbat, viéndose como la única forma de mantener a raya a las manadas de guerra. La secta respaldó la Mascarada y protegió a los suyos mientras el Sabbat rechazaba las Tradiciones y todo lo sagrado para sustentar sus paranoicos sueños de la Gehena. La disensión es un lujo que no es posible permitirse en tiempos de guerra, y la Camarilla cree firmemente que quienes no están con ella están en su contra. Para los asustados antiguos que ocupan los escalafones superiores, la Camarilla tiene bastantes enemigos. La Mascarada consiste, como ya expliqué, en cuidar el cumplimiento de unas reglas para no revelar su presencia. Estas reglas se conocen como tradiciones, y son 6: No matar a otros vampiros (solo los vampiros regentes pueden disponer de la no-vida de otro, y siempre y cuando tengan MUY buenas razones). No hacer Vasallos sin permiso. No revelar la verdadera naturaleza a seres humanos. Respetar el dominio de otro vampiro. Responsabilizarse de las acciones de los Vasallos mientras estén al cuidado de uno. Manejar el dominio propio (esto es mas bien un derecho, pero primero hay que conseguirse un dominio). |
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En estas noches modernas este grupo no es ni mucho menos el robusto monolito del que hablan sus partidarios. Los antiguos se aferran a sus posiciones, negándose a cederlas a quienes han alcanzado una cierta madurez. Los vampiros más jóvenes se sienten apartados de una organización que se espera que respalden, pero que apenas les ofrece recompensa por sus esfuerzos, aparte de la amenaza de un castigo en caso de fracasar. Los ancillae están atrapados en el medio, incapaces de volverse hacia unos u otros: alinearse con los neonatos significaría quedar relegados a los estratos más bajos del poder, mientras que ponerse del lado de los antiguos supone el riesgo de extralimitarse y ser aplastados por la insolencia.
Muchos antiguos en los escalafones superiores de la Camarilla se encuentran ocupando una posición de reliquias. Muchos de ellos no quieren o no pueden adaptarse a la nueva tecnología que dominan los jóvenes (teléfonos móviles, ordenadores personales, kevlar, granadas de fósforo, lámparas ultravioleta, cartuchos Dragonsbreath), y en el mundo moderno ser incapaz de manejar un teléfono o una radio pone a estos antiguos en clara desventaja. Si renunciasen a su posición (quedando apartados del poder) se convertirían en blancos, pues su fuerza de reduciría sin el apoyo de la Camarilla. Bastarían unas pocas bandas de ancillae con la diablerie en sus mentes y la última tecnología en sus manos para que el antiguo fuera historia en más de un sentido. Por tanto, los antiguos matan en arranques paranoicos a los mejores y más brillantes vampiros que puedan suponer una amenaza en el futuro. El resultado es una organización que se canibaliza a si misma, y que alguna noche podría lamentar su error. |
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Los Cónclaves son sucesos importantes y potencialmente peligrosos en la Camarilla. Están abiertos a todos y cada uno de los Vástagos, y son el medio mediante el cual la Camarilla funciona como una secta. Se toman muchas precauciones para garantizar el secreto de la sede del Cónclave antes de la reunión, así como su seguridad física mientras la reunión está celebrándose; un enemigo de la Camarilla podría aprovechar esta reunión como una ocasión para un asesinato en masa. El Cónclave puede durar desde unas horas hasta muchas semanas.
Los Cónclaves suelen convocarse únicamente cuando es necesario y se celebra en la región geográfica más preocupada del problema a tratar. La tradición sostiene que sólo un Justicar puede convocar un Cónclave. Los que se reúnen para presenciar un Cónclave forman parte de lo que se conoce como Asamblea. Los miembros de la Asamblea tienen derecho de dirigirse al Cónclave si al menos dos de los miembros del Cónclave les apoyan. Cada vampiro que asiste tiene voto; un Justicar ejerce de presidente. |
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El Cónclave interpreta las Seis Tradiciones y, en algunos casos, puede incluso establecer tradiciones nuevas. También puede convocar Cazas de Sangre, incluso contra príncipes, los cuales, en los demás casos, están libres de ellas. En el pasado, se han reunido Cónclaves con el único fin de retirar a un príncipe del poder. La Camarilla siempre ha mantenido con rigor su derecho de deponer a los gobernantes de la ciudades. Los propios Justicars no tienen este poder, si bien si pueden convocar un Cónclave para alcanzar este fin.
Después de un Cónclave, suele haber una cierta explosión demográfica, ya que los príncipes recompensan a los que votaron en su favor, permitiéndoles crear progenie. Muchas veces, una orgía de destrucción contrarresta este crecimiento, cuando los perdedores pagan el último precio. Sólo un Justicar puede convocar un cónclave, y puede hacerlo en cualquier momento. Sin embargo, la mayoría de los Justicars han dispuesto que con regularidad se celebren Cónclaves en los que todos los Vástagos sean bienvenidos. |
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¿Qué sabe
un neonato Camarilla acerca del Sabbat? |
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Del Sabbat, conocido para muchos también como la Mano Negra, se rumorea que ha evolucionado a partir de un culto medieval a la muerte y es temido por todos los Vástagos.
Poco de su naturaleza ha cambiado desde entonces. Es la secta mayor después de la Camarilla, y trata agresivamente de aumentar su dominio. Son una Secta violenta que no guarda ningún vestigio de Humanidad. Su meta es el fin de las Tradiciones, la destrucción de la Camarilla y someter a toda la Humanidad, como seres inferiores que son. La Mano Negra gobierna mediante el miedo, el odio, la ira y la violencia física. En Norteamérica, mantiene un control incontestable sobre Detroit, Toronto, Montreal, Nueva York, Filadelfia, Pittsburgh y Portland, y está cerca de obtener la supremacía en Boston y Baltimore. Hasta hace poco, Miami también estaba bajo el control del Sabbat, pero unos acontecimientos recientes han provocado un viraje en el equilibrio de poder allí. El Sabbat está organizado en unidades conocidas como «manadas», que son extremadamente leales entre si, alimentándose y viajando como un grupo. De hecho, en la Camarilla, llamar «manada» a una cuadrilla se ha convertido en un término despectivo. |
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Los miembros del Sabbat provienen de muchas líneas de sangre distintas, si bien dos clanes dominan la Organización: los Lasombra y los Tzimisce. Si bien es posible ingresar en el Sabat, casi todos los miembros son creados por miembros de la secta. La Mano Negra exige una dedicación y adhesión absolutas a los deseos del grupo.
La secta recluta nuevos miembros allí donde se establece, acabando con todo lo preestablecido en dicha zona. El procedimiento de iniciación en el Sabbat está diseñado para destruir todo vestigio de voluntad en un vampiro nuevo. Se asesina a los iniciados, lenta y dolorosamente, y a continuación se les da la Sangre. Esta sangre no proviene de un solo miembro del Sabbat, sino de tantos como están presentes en la iniciación, reuniendo su sangre en un cáliz. Una vez que han dado la Sangre al Iniciado, le entierran vivo, y él debe arrastrarse hasta el exterior para poder vivir. Aquéllos que no lo consiguen pasan la eternidad sepultados bajo tierra. El proceso de cavar para salir de la propia tumba arranca al Iniciado su humanidad y le abre a la subyugación y el lavado de cerebro del Sabbat. Una vez que el Iniciado se libere, se le impone un Vínculo de Sangre con la manada que le Abrazó. En un extraño ritual, que tiene lugar a lo largo de otras dos noches, se le da más sangre al Iniciado. |
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Al contrario que la Camarilla, los Sabbat reconocen la existencia de los Antediluvianos, aunque no son demasiado bien vistos, y se oponen ferozmente a ellos. Según dicen, los Antediluvianos gobiernan el mundo entero en la Sombra, y no lo van a tolerar. Piensan que la Camarilla son peones movidos a placer por los Ancianos, y por esto se enfrentan a ellos física y políticamente.
La Mano Negra unicamente se interesa por el poder en todas sus formas. Toma parte activa en la diablerie y ejerce una oposición fanática contra la vida y todos sus adornos. El Sabbat considera a los mortales bestias de segunda clase, que pueden dominar y utilizar según sus necesidades. El Sabbat celebra sus ceremonias en los lugares de los muertos: cementerios, tumbas y osarios. Los miembros del Sabbat comprenden que son no-muertos, y se comportan de acuerdo con esto. Queman a todos los que se les opongan; de hecho, las manadas del Sabbat parecen estar fascinadas con el fuego, a pesar de que no son más inmunes a él que los demás Vástagos. |
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Los miembros del Sabbat se regocijan en ser vampiros y dar rienda suelta a sus instintos. Consideran despreciables a los demás Vástagos por el empeño de ponen estos en retener su humanidad y en controlar al depredador que llevan dentro y que son en esencia. Para el Sabbat, esto es la mayor blasfemia.
A menudo, el Sabbat envía manadas a ciudades dominadas por la camarilla, ya para medir la oposición o para dar caza a aquellos que han huido de los círculos. La política de la Camarilla se complica inevitablemente por |
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También se dice que el Sabbat participa en un extraño tipo de diablerie, en el que sus miembros despedazan a los antiguos de su género, para que vástagos más fuertes, agresivos y jóvenes puedan ocupar su lugar. Sin embargo, como con muchas otras cosas que se dicen entre los Vástagos ajenos al Sabbat, esto no se ha confirmado. Los príncipes de las ciudades principales de todo el mundo darían mucho por obtener hechos verídicos sobre la actuación del Sabbat. Todos ellos temen el peligro de su continuo crecimiento.
En conclusión, nada seguro se puede decir del Sabbat. De hecho, todo lo que la Camarilla cree sobre él podría ser falso, rumores difundidos por los Antediluvianos que quieren que las dos sectas se enfrenten. Es improbable, pero en absoluto imposible. De hecho, no todos los Vástagos de la Camarilla creen en su existencia. |
El Sabbat
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La monstruosa secta conocida como el Sabbat es la archienemiga de la Camarilla. Considerado como un grupo de irreflexivos salvajes y demonios sanguinarios por la Camarilla y los clanes independientes, el Sabbat tiene muy mala reputación en la sociedad de los Condenados, y con buenos motivos. Pero no por las razones que alegan otros Vástagos.
Mientras los vampiros de la Camarilla abogan por ocultarse entre los mortales y mantener los ruinosos vestigios de su Humanidad, el Sabbat favorece una filosofía distinta. No satisfechos con ocultarse como perros apaleados de los humanos, ni con actuar como peones en los planes de sus mayores, los vampiros del Sabbat prefieren recrearse en su naturaleza no muerta. Tal y como razona el Sabbat, los vampiros están por encima de los mortales, que son simple comida o diversión. ¿No es la vitae de los Vástagos más poderosa que la sangre mortal? ¿No tienen los vampiros poderes que los sitúan por encima de las masas bovinas? ¿Quién necesita la mezquina moral humana cuando es un monstruo inmortal bebedor de sangre? Pero el Sabbat es mucho más que una mera carta blanca para portarse tan abominablemente como se desee. Los vampiros del Sabbat son ante todo ajenos a la humanidad, y su comportamiento lo refleja. Los miembros del Sabbat no buscan un lugar entre los humanos o los que pretenden serlo. |
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Desprecian a la humanidad salvo como fuente de alimento, y son incapaces de relacionarse con vampiros que no puedan aceptar sus naturalezas. Se rebelan incluso contra sus propias no-vidas solitarias, viajando en salvajes manadas nómadas en lugar de llevar existencias aisladas y secretas. Por esta razón, las tensiones son frecuentes en la secta, y su entorno suele sufrir por ello. Las ciudades controladas por el Sabbat son algunos de los lugares más violentos que existen, en dudoso honor sólo disputado por las ciudades donde Sabbat y Camarilla compiten por la supremacía.
Ciudad de México, Detroit, Miami y Montreal están bajo el control del Sabbat. Algunas ciudades en disputa son Nueva York, Washington DC, Buffalo y Atlanta. Una ciudad controlada o conquistada por el
Sabbat es un lugar inestable y explosivo; los asesinatos se suceden cada noche, y hay robos y violaciones por todas partes. En el Mundo de Tinieblas, estas ciudades han ido creciendo de forma cada vez más alejada de lo humano, abandonadas a las depredaciones de los monstruos que acechan en sus callejones. El Sabbat amenaza a todas las ciudades que toca, arrastrándose como un cáncer en comunidades que permanecen en la ignorancia hasta que las manadas de guerra empiezan a arrasarlas. Aunque podría decirse que no es más «malo» que los degenerados antiguos de la Camarilla, el Sabbat es casi universalmente más conspicuo, aterrorizando al ganado con sus insidiosos juegos y su tendencia a la destrucción.
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Ahora más que nunca, el Sabbat tiene a la Camarilla contra las cuerdas. Muchos neonatos de la Camarilla, frustrados por el inalcanzable poder y la estancada ineficacia de sus antiguos, se han unido a la secta rival. Numerosas ciudades que fueron antes baluartes de la Camarilla se encuentran ahora en un atolladero. Los príncipes de la Camarilla temen la marea Sabbat, y hacen bien: sus no-vidas y las de los Vástagos de sus ciudades están en el punto de mira. En consecuencia, los miembros del Sabbat infiltrados en una ciudad de la Camarilla no pueden esperar piedad si son atrapados, pues los príncipes y primogénitos aplastan sin miramientos a los agentes de la secta infernal. Muchos neonatos, todavía deseosos de complacer a sus sires y hacerse un lugar en la Camarilla, ayudan a sus mayores a perseguir al Sabbat. Parece que prefieren lo malo conocido a la secta de la que han oído tantas historias de horror.
La inmensa mayoría de vampiros creen que el Sabbat no es más que un grupo de vástagos salvajes, atroces, sin ningún tipo de respeto por la vida humana ni por la no-vida cainita, cuyos fines no son otros que extender el caos y la destrucción por todas partes. Desde luego, esta es la opinión de aquellos que están fuera de él. El Sabbat a menudo es violento y brutal, pero realmente es mucho más que eso… |
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Orígenes del Sabbat
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La historia del Sabbat comienza con la revuelta anarquista iniciada en España por los jóvenes vampiros del clan Brujah. Estos, al ver como los ancianos se desentendían de ellos, abandonándolos a las llamas de la Inquisición, para escapar y salvarse, se volvieron contra sus mayores, con el ansia de, ganarse su libertad, eliminando a sus Sires traidores. Pero poco podían hacer contra el vínculo de sangre que compartían con sus ancianos, así que la revuelta hubiera tenido poco éxito, de no ser por un hecho que cambiaría el curso de la historia vampírica para siempre.
En los montes Cárpatos, en una tierra donde desde siempre habían existido los vampiros, se daba un proceso similar. Pero con la diferencia de que los jóvenes del clan Tzimisce, experimentando con su magia los poderes de ciertos rituales y la mezcla de la sangre de varios sacerdotes de su clan, descubrieron un modo para romper los vínculos del juramento de sangre. Este hallazgo les posibilitó abandonar su tierra, fijar rumbo a España, y compartir su secreto con los rebeldes del clan Brujah. En parte animados por sus ancianos, que deseaban desembarazarse de ellos, y en parte con el aliciente de las promesas de libertad, los jóvenes descontentos de toda Europa pusieron rumbo a España. Había comenzado la Revuelta Anarquista. La Revuelta Anarquista duró varios años. En el curso de la misma, los airados anarcas pusieron precio a las cabezas de sus ancianos, cazándolos mientras ambos bandos sufrían la cólera de la Inquisición. |
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No fue raro que muchos vástagos fuesen delatados por otros vampiros, con el propósito de eliminar competidores. Muchos Ancianos cayeron, e incluso el Antediluviano del clan Lasombra fue eliminado y diablerizado, por uno de sus propios chiquillos. Además de la amenaza de los Anarquistas, los vástagos de la futura Camarilla se encontraron con otro grave problema: la amenaza Assamita. El clan de asesinos avanzaba, y había llegado a una especie de alianza con los Anarcas. Algunos Ancianos se volvieron temerosos por su no-vida, y decidieron que era mejor unirse a los Anarcas que combatirlos.
Pero el resto de los Ancianos se unieron y crearon la Camarilla, que terminó por aplastar a los anarquistas. Con el fin de la revuelta, los Ancianos de cada uno de los Clanes ofrecieron a sus díscolos chiquillos la oportunidad de volver a unirse a ellos. Mediante la Convención de Thorns se fijaron los términos de la rendición de los Anarcas. Algunos, relativamente pocos la verdad, volvieron con sus mayores. Otros fueron directamente ejecutados por su rebeldía. Pero un tercer grupo decidió no seguir ninguna de estas suertes, y decidieron andar su propio camino. Estos fueron los fundadores del Sabbat. |
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La recién creada Secta pasó sus peores momentos nada más crearse. Los vástagos pertenecientes a la Camarilla se dieron cuenta de la enorme amenaza que para ellos podía suponer el grupo de Vástagos, así que decidieron emplear todos sus medios en deshacerse de sus enemigos. Durante doscientos años, la guerra no tuvo cuartel. El Sabbat se vio obligado a ceder terreno, hasta el punto en que se vio arrinconado en el norte de Europa. Allí, aprovechando una relativa calma en la guerra, desarrollaron sus propias Sendas de Iluminación. Además fue cuando se fundó la Mano Negra.
Con el descubrimiento de América, el Sabbat encontró una vía de escape de la sociedad vampírica del Antiguo Continente, y muchos Sabbat pusieron rumbo a América. Allí encontraron tierras para todos, sin las limitaciones que les imponía la Europa dominada por la Camarilla. Fueron los Sabbat los que instigaron a los colonos americanos a rebelarse contra los ingleses, controlados por la Camarilla. Durante la Guerra de la Independencia Norteamericana fue cuando los miembros del Sabbat se dieron cuenta de que tal vez sus líderes no eran tan poderosos como aparentaban. Aceptaban a los desertores de la Camarilla, y les costaba cada vez más aplastar a sus enemigos. Muchos ejercieron su derecho a la Monomancia, lo que al final redundó en detrimento de la Secta. Este periodo de inestabilidad duró hasta la década de 1930. Durante este tiempo, unicamente la Mano Negra se mantuvo firme. Fue a partir de ese año cuando las manadas del Sabbat se diferenciaron en nómadas y urbanas. Las nómadas eran las que estaban acostumbradas a viajar de una ciudad de la Camarilla a otra, sembrando el caos, mientras que las urbanas se establecían en un territorio establecido. Actualmente, la Secta está inmersa en multitud de frentes, desde Oriente a Norteamérica. Paradójicamente, el Sabbat se debilita cada vez que acumula más poder. Dado que el principio esencial del Sabbat es la libertad, a veces se dan algunos brotes de miembros del Sabbat que se niegan a obedecer las órdenes de sus superiores. estos movimientos suelen estar encabezados por Ventrue Antitribu, con especial arraigo entre los más jóvenes, que se oponen a toda jerarquía en la Secta. |
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Ideología del Sabbat
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El Sabbat sólo existe con dos fines: garantizar la libertad de los Vástagos y protegerse de las maquinaciones y el regreso de los Antediluvianos. Estos dos dogmas marcan profundamente todo lo que tiene que ver con el Sabbat. Además, la Secta tiene un sentido del secreto extremadamente alto, siendo casi imposible arrancar siquiera un poco de información de un Sabbat capturado.
La Secta tiene una filosofía muy simple: o estás con nosotros, o estás contra nosotros. Con nosotros unicamente están los miembros del Sabbat, y de su cédula interna, la Mano Negra. Contra el Sabbat están todos los demás, independientemente de que ese «todos» incluya a Vástagos, Magos, Lupinos, Humanos, o lo que quiera que sea. Respecto a los humanos tienen una concepción muy sencilla. No son más que ganado, del que se puede disponer cuando y cómo se desee. No importa para nada la vida humana, ni el modo en el que se mate a los recipientes (o bolsas de zumo, como llaman los Sabbat a los humanos). No son más que animales, y no merecen más respeto que estos. |
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Estructura del Sabbat
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La jerarquía del Sabbat puede contemplarse desde el nivel global y desde el nivel de las manadas, grupos de Sabbat leales unos a otros que comparten los ritos y las vaulderies.
La mayoría de los cargos de poder del Sabbat suelen estar ocupados por miembros del clan Tzimisce o del clan Lasombra. A nivel global, el Sabbat está jerarquizado; pese a que el Sabbat se caracteriza por la libertad, dentro de él existe una jerarquía, aunque no siempre está claramente definida. Los cargos que se pueden ocupar dentro del Sabbat son, por orden de mayor a menos importancia, los siguientes: El Regente Es el líder absoluto del Sabbat. Él (o ella, en el Sabbat no se hace distinción alguna por el sexo, la generación o la edad de un vampiro, lo único que importa es la valía del mismo) es el encargado de dirigir la estrategia global del Sabbat. No obstante, pese a su gran poder, siempre estará presto a colaborar con la Mano Negra. En la historia del Sabbat han habido cuatro regentes, tres Lasombra y un Tzimisce. El regente actual del Sabbat es una Lasombra de 4ª generación llamada Melinda. Los Cardenales Son los siguientes en la escala de poder. Están encargados de supervisar áreas geográficas muy amplias, como podrían ser Europa Occidental o Australia. Obviamente, hay muy pocos Cardenales, y normalmente suelen tener mucha influencia sobre el Regente. Hoy en día hay unos 13 Cardenales, pero teniendo en cuenta la expansión que está impulsando el Sabbat, no se puede descartar que este número aumente. Los Prisci Por debajo de los Cardenales se encuentran los Prisci. Pese a que un Prisci por si solo no podría plantar cara a un Cardenal, una asociación de varios de ellos puede superar en poder a cualquier Cardenal, por poderoso que sea. Prácticamente todos los Prisci son ambiciosos ancillae, y junto a los Cardenales forman el Círculo Interior del Sabbat. El Círculo Interior es el único que tiene el poder de deponer a un Regente, o de cancelar sus decisiones si creen que no son apropiadas para el bienestar de la secta. Los Arzobispos Son los equivalentes de los príncipes de la Camarilla, con la diferencia de que los Arzobispos no imponen su tiranía coartando la libertad de sus inferiores. Al mismo tiempo que los Arzobispos gobiernan, dan mucha libertad a los habitantes vampíricos de la ciudad, sabiendo siempre todos que cada cual es responsable de sus actos. Las ciudades que controlan suelen recibir el nombre de archidiócesis. Por lo general, los Arzobispos se autoproclaman como tales, y si son válidos para ello, los Prisci los confirman como tales. Los Obispos Estos son los subalternos de los Arzobispos, suelen encargarse de tareas más o menos específicas dentro de la ciudad. Mantienen una cuota moderada de poder, sirviendo a los Arzobispos de la mejor manera posible, administrando las finanzas y a menudo la justicia dentro de las ciudades del Sabbat. Los territorios propios de cada uno de ellos es llamado Diócesis, y aunque su palabra no es ley para todos los sabbat, negarse a cumplir sus órdenes suele estar considerado como una ofensa. Las Manadas La Manada es la unidad básica dentro del Sabbat. Todos aquellos vampiros que comparten ritos de creación, y que luego participan todos juntos en la vaulderie y en otros ritos son pertenecientes a una misma manada. La lealtad de los miembros de la manada para con sus compañeros está garantizada por el vinculum, un vínculo de sangre distinto al que coarta la libertad a los vástagos de la camarilla, asegurando la voluntad propia de cada vampiro a la misma vez que estrecha los lazos de fraternidad entre los vampiros pertenecientes a una misma manada. |